Es para la gente cuya vida está marcada por un gran dolor. Donde la misma se experimenta desde allí y no desde una experiencia normal, agradable y cotidiana. Hay heridas que son tan profundas que afectan toda la vida de relación de un individuo. Es necesario sanarlas para que todo vuelva a ser normal. A veces simplemente nos hablan o nos miran, nos dicen algo en tono normal y sin embargo reaccionamos como si nos hubieran lastimado, herido, golpeado, gritado, etc. Ellos es porque la mirada, el tono, la forma de expresar, de decir sea suave y delicada, toca en el mismo lugar donde todavía tenemos una herida abierta. Cuando alguien nos toca en una herida así nos duele, como si fuera la vez que nos causó la misma. La sensibilidad de las personas se magnifica al estar heridos y sin poder ocultar lo que nos ha sucedido, nos volvemos tristes y angustiados, deprimidos, hasta sanar la herida original. Cuando cicatriza, sana; todo vuelve a la normalidad y mejor. Reflota la energía sexual o amorosa. Mejoran las relaciones. Levantamos la mirada. Dejamos de mirar al fondo del pozo y así reflotamos de nuevo y ponemos rumbo hacia nuestra verdadera vida. Para cuando se despiertan nuestros celos dormidos y nos comportamos como niños a los que no se los tiene en cuenta. Cuidados: Cuando la persona despierta al estado negativo de este floral, corre el riesgo de tomar medidas extremas. No es un estado que pase rápidamente con el uso de este floral dado que el tipo de heridas que trata son muy profundas y a veces de lenta recuperación. A veces lo que quedó guardado con dolor, desarrolla raíces, garras con las que se agarra al corazón y le cuesta mucho desprenderse de ellas. Este es un floral que hay que acompañar con técnicas de reconciliación, de abrazo, de hoponopono, coach, reiki, etc. Trabajar este floral deja heridas abiertas por un tiempo. Este floral abre un proceso de sanación. Este floral puede hacer que una relación termine o renazca de las cenizas.