Esta fórmula nos ayuda a liberar y/o desarrollar al ser que sabe lo que quiere, que va hacia su propio destino.
Ayuda a encontrar la guía superior para los propios actos y a encontrar el punto medio entre los conflictos de la vida.
Fortalece la condición de ser quien tengo que ser por mí mismo y no por los demás, a ser yo.
Pone en segundo plano lo que piensen los demás sobre uno, y también las interrupciones en el transitar el propio camino.
Permite encontrarse con la propia autoridad interior, y seguirla.
Y además a tener coraje para transitar tamaño camino.